Nos adentramos en The Circular Project, una casa para marcas de ropa sostenible y otra aliada de Zity para salvar el planeta.
Hablamos con Paloma, la capitana y fundadora del proyecto. Proveniente de familia en el ámbito textil y muy conocedora de la situación crítica y exponencial del planeta, lo tuvo claro, “nunca te creas demasiado pequeño para causar un impacto […] Nos pasamos media vida trabajando, por lo que decidí crearme un trabajo a mi medida. Primero creé una marca, pero vi que no había espacio para otras marcas que siguieran una ruta sostenible en su producción y me dije, pues lo creo yo”. Y así nació The Circular Project, el primer espacio multimarca de moda sostenible en Madrid.
Los consultores de la Economía del Bien Común contactaron con Paloma para hacer un seguimiento de su negocio y poder impulsarlo, por lo que The Circular Project tuvo que hacerse un repaso exhaustivo sobre cada paso que estaba dando: qué huella de carbono estaba dejando, qué impacto estaba teniendo o cuáles eran las relaciones comerciales que tenía. Todo ello, para seguir un rumbo fijo hacia lo que hoy se ha convertido.
Paloma no ha parado de moverse, hasta tal punto que The Circular Project empezó siendo una marca pequeña para convertirse después en la sede de la Asociación de Moda Sostenible de Madrid, para luego evolucionar en la Asociación Española para la Sostenibilidad, Innovación y Circularidad en Moda y para también ser el pistoletazo de salida de la CSFW Madrid que además y encima, les acaban de dar un premio al mejor evento sostenible 2020/2021 por la revista Timeout. Pero no solo coleccionan ese premio, ya que CEPAIM, respaldado por el ayuntamiento de Madrid, también les ha dado un premio a buenas prácticas porque, como bien dice Paloma: “No solo decimos que lo hacemos sino que demostramos que lo hacemos”.
Para que una marca de moda sostenible entre en The Circular Project tienen que demostrar cuáles son todos sus procesos y cómo los llevan a cabo.
E: ¿Qué es un ecodiseño?
P: El ecodiseño es esto que viene a complicarles la vida a los diseñadores. Hasta ahora se ocupaban solo de la parte técnica y estética de una marca, pero ahora tienen que preocuparse por cómo recorre toda la ruta un producto. […] En el caso del textil es tener en cuenta desde la semilla que se planta y sus cuidados para generar ese algodón orgánico hasta que lo ponemos en nuestros escaparates.
E: ¿Qué material es mejor para el planeta?
P: La primera es la ropa que ya tenemos en el armario, la que ya ha dejado su huella en el planeta, hay que alargarla lo máximo posible. Dicho esto, la fibra más sostenible es el cáñamo, sin embargo hay otras como el bambú, el lyocell o el algodón orgánico.
E: ¿Llegaremos a cambiar el modelito barato por prendas sostenibles?
P: No tengo respuesta a eso. Nuestras prendas son atemporales y responsables. Hay que asumir que hay que pagar a proveedores, sastres, diseñadores, empleados. Entonces, la ropa barata es un círculo vicioso del que tenemos que salir. Si solo compras productos fast fashion, te acabas gastando más dinero en ropa que si compras ropa más duradera y sostenible.
Si en 10 años no podemos frenar el cambio climático, vamos a tener que cambiar las cosas a las malas.
E: ¿Volver atrás para sobrevivir?
P: Efectivamente. Nuestros abuelos lo estaban haciendo genial, pero no lo sabían. Tuvo que venir una pandemia para darnos cuenta de que ya no podemos abastecernos solos. Cerraron las fronteras y cundió el pánico, cuando en lo local, lo tenemos casi todo. Lo tenemos todo apostado al otro lado del planeta, todo exportado. Pero esto no implica de que no colaboremos internacionalmente, pero no en su totalidad.
E: ¿Una canción para salvar el planeta?
P: ¿Te puedo decir dos? Jamiroquai – Corner of the Earth y TéCanela – «Llegamos Tarde»
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