Madrid

Tu abuela era más eco que tú

Descubre El Mercado Acré Amish y viaja en el tiempo mientras haces la compra de la forma más sostenible.

“Un acre son sesenta hectáreas de tierra de cultivo; hay millones de acres en el mundo, por lo que deberíamos comprar sólo aquello que vayamos a consumir hoy, y mañana ya volveremos a por más”.

En pleno Noviciado podemos ver una tienda de alimentación con un letrero que reza: “Acre mercado Amish”. Aunque nada tienen que ver con esta comunidad de protestantes que optó por una vida austera y “primitiva”, Raúl, el fundador de esta tienda, entendió que volver atrás era uno de los granitos de arena que tenía que empezar a poner para salvar nuestro planeta. 

Nuestras abuelas no utilizaban bolsas de plástico, ni llenaban sus carros de carnes de macrogranjas, ni de ofertas 3×2, ni de productos demasiado procesados. Nuestras abuelas compraban a la semana o al día. Solo se llevaban lo necesario e incluso el género que quedaba ya que no se tiraba nada ni en los comercios se compraba género de más. 

Nuestras abuelas compraban a granel e iban a mercados que tenían productos de cercanía y no por ninguna estrategia de marketing para “lavarse la cara”. Es que antes la vida funcionaba como intentamos a toda costa que funcione ahora, porque, “por lo que sea”, algo ha salido mal. 

Entramos en El Mercado Acré , esta maravillosa tienda repleta de expendedores a granel, sacos llenos de legumbres, arroces, cereales, semillas, frutos secos y demás productos que te puedes llevar a casa con 0 unidades de plástico. O mejor, te los pueden llevar a domicilio también sin una pizca de plástico. 

Raúl ha decidido tomar las riendas de aportar contra la autodestrucción del planeta desde el nombre de su tienda, Acre Mercado Amish, hasta el más pequeño de los productos. En su web nos dicen que “un acre son sesenta hectáreas de tierra de cultivo; hay millones de acres en el mundo, por lo que deberíamos comprar sólo aquello que vayamos a consumir hoy, y mañana ya volveremos a por más”. Y esto, resume su filosofía. 

Por supuesto, todos sus proveedores son de proximidad exceptuando un par de productos de Tailandia, pero Raúl te asegura que no hay intermediarios entre el agricultor y él y que por eso, pueden respetar una línea de precios totalmente asequible pese a ser todo eco. 

Además de productos “de toda la vida” como leche fresca de La Marquesa y su maravilloso arroz con leche o pan artesanal por rebanadas, podemos encontrar productos como Kombucha de jengibre, su gran granizado de vermut o, como extra, asistir a sus talleres de floricultura. 

Conclusión, coge tu Zity y descubre cómo salvar el planeta desde otro flanco (además de con nosotros, claro 😉 Y además, si dejas tu Zity en modo StandBy, tu coche te espera el tiempo que quieras… Mola, ¿eh?

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