Madrid

Nos colamos en Cortylandia

Cuando se inaugura Cortylandia, todo el mundo se convierte en un niño.

Nos reunimos con Carlos y Juan, los artífices del mítico, y siempre esperado, Cortylandia de El Corte Inglés. Sus creadores salieron de Bellas Artes para darnos cada Navidad una fantasía nueva con la que empezar estas fiestas tan mágicas. 

Desde 1979, la calle del Maestro Victoria 4 se ha llenado de niños de todos los tamaños, edades y puestos de trabajo esperando escuchar las primeras notas de la canción, los primeros movimientos, luces y emociones del decorado vivo anual: Cortylandia. 

Carlos y Juan nos confirman que en las 42 ediciones que lleva el espectáculo en marcha no han repetido ni una sola vez decorado. ¿Imposible? Carlos nos dice: “puede que coincidan elementos como los osos o los duendes, pero cada año es un reto que hay que superar”. 

“Una vez se monta el decorado, casi de inmediato estamos ideando qué decorará la fachada de El Corte Inglés el año siguiente”, dice Juan. Parece una locura no haber repetido ni una sola vez un decorado, pero cuando hay apasionados de su trabajo detrás, es difícil caer en la desidia creativa. 

Preguntamos a los artistas que de dónde les viene la inspiración y, entre risas, nos contestan retóricamente: ¿de dónde se saca la inspiración? Como a todos, la inspiración viene y va, pero cuando viene, hace cosas tan maravillosas como las que vemos año tras año en Cortylandia. 

Como decíamos más arriba, Carlos y Juan son la parte creativa de todo el proyecto, pero, dadas las dimensiones del decorado y sus mecánicas, la segunda parte del equipo que hace realidad nuestra ilusión anual son arquitectos e ingenieros que aprueban, supervisan y optimizan todo lo posible para tener la experiencia completa y sobre todo segura. 

Y ¿qué se hace con los decorados año tras año? Por supuesto nos confirman que se reciclan para otros decorados o simplemente los guardan por si algún día los pueden reutilizar. Además, también envían a otros puntos de España las piezas para que más niños lo puedan disfrutar sin tener que desplazarse a Madrid. 

¿Además de los niños, qué tipo de público se acerca? 

“De todo tipo. La verdad es que es un “evento” que tiene su público porque al fin y al cabo cuando se inaugura Cortylandia, todo el mundo se convierte en un niño. Gente a la que les trae recuerdos o que simplemente quiere volver a sacar a relucir su niño interior”. 

¿Sois más de Papá Noel o de los Reyes Magos?  

“La verdad es que pasamos de puntillas por esos temas. Construimos narrativas para niños y los motivos suelen ser más mágicos que navideños; inventamos historias infantiles”. 

¿Ha habido algún decorado memorable?

Varios, pero sin duda el que más éxito tuvo fue el decorado de Gulliver del año 85. A la gente le encantó.

¿Se ha quejado algún vecino por la música de Cortylandia?

“Habitualmente no, pero como anécdota, un compositor que vivía por la calle de las descalzas sí que se puso en contacto con nosotros porque con la canción de Cortylandia sonando prácticamente todo el día, no había quien compusiera”.

¿Un villancico para pasear por Madrid en Navidad?

[entre risas] Sin duda, el villancico de Cortylandia.

Sabemos que te están entrando ganas de disfrutar de esta ya tradición madrileña. Coge de excusa a tus hijos o sobrinos y no te pierdas este maravilloso espectáculo navideño que cada año sorprende más y más…

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